Resumen
La espirometría
forzada es la principal prueba
de función pulmonar, y resulta imprescindible para la evaluación y el seguimiento de las enfermedades respiratorias.
En Atención Primaria ha ido adquiriendo paulatinamente
cada vez mayor importancia. Es imprescindible para realizar un diagnóstico
correcto de la EPOC y fundamental para facilitar un diagnostico de Asma mediante
la prueba broncodilatadora. Sirve además para monitorizar ambas patologías.
Aunque se tolera bien, está contraindicada su realización en caso de inestabilidad
hemodinámica, embolismo pulmonar, neumotórax reciente, hemoptisis aguda, infecciones
respiratorias activas, infarto de miocardio reciente, angina inestable, aneurisma
de la aorta torácica, hipertensión intracraneal y desprendimiento agudo de
retina.
Las principales variables
de la espirometría forzada son la capacidad
vital forzada (FVC) y el volumen
espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1). La FVC representa el volumen máximo de aire exhalado en una maniobra
espiratoria de esfuerzo máximo, iniciada tras una maniobra de inspiración
máxima, expresado en litros. El FEV1
corresponde al volumen máximo de
aire exhalado en el primer
segundo de la maniobra de FVC, también expresado en litros. A su vez, el cociente
FEV1/FVC muestra la relación entre
ambos parámetros.
Es necesario que el resultado de la espirometría nos
presente las curvas flujo/volumen y volumen/tiempo.
Cuando se pide la realización de una espirometría forzada
debemos dar por escrito al paciente instrucciones claras y precisas para
realizarla y cómo realizar la retirada de los broncodilatadores. Constará la
abstinencia de fumar y hacer ejercicio en las horas previas.
Para la realización
correcta de la espirometría forzada debe
iniciarse en primer lugar una inspiración máxima, después el paciente iniciara
una espiración brusca y rápida continuando espirando al menos durante seis
segundos. La finalización no debe ser brusca, apreciándose un valor “plano” en
la curva volumen/tiempo y una llegada suave de la curva al eje horizontal de la
curva flujo/volumen.
La maniobre debe cumplir unos criterios de aceptabilidad y además debe ser reproducible. La diferencia entre las
dos mejores mediciones debe ser inferior a 0.15 litros.
Se realizaran un mínimo de tres maniobras aceptable y
hasta un máximo de ocho, dejando entre ellas un tiempo suficiente para que el
paciente se recupere del esfuerzo.
Para el análisis de
resultados de seleccionará los mayores volúmenes y el mejor FEV1 de todas
las maniobras aceptables y sin artefactos, aunque sus valores no provengan de
la misma maniobra. El resto de los parámetros se obtendrán de aquella curva
aceptable donde la suma de los valores de FVC y FEV1 alcance su máximo valor.
Los espirómetros actuales disponen del software necesario
para mostrar directamente estos parámetros.
A pesar de la buena colaboración del técnico y del
esfuerzo del paciente en ocasiones no es posible obtener una buena
espirometría.
La prueba
broncodilatadora está indicada ante la sospecha de asma y la primera vez
que la realizamos para diagnosticar EPOC, principalmente.
Se recomienda la administración de 400μg de salbutamol en
4 pufs (100μg por puf) con cámara inhaladora separados por intervalos de 30 segundos.
Como alternativa se pueden utilizar dos inhalaciones de terbutalina en polvo
seco, Se considera la prueba positiva si aumenta el FVC o el FEV1 más de 0.2
litros y un 12%.
Comentario
La sociedad española de
patología y cirugía torácica (SEPAR) publicó en 1985 un documento sobre
espirometría forzada. La normativa SEPAR de espirometría del año 2013 supone una actualización y
puesta al día de los aspectos relacionados con esta importante prueba
diagnóstica. Para la realización correcta de espirometrías de calidad así como
para de su validez e interpretación es un documento de gran ayuda.
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